NIVELES DE SEGURIDAD

Cuando se trata de la seguridad de los productos que consumes, es fundamental considerar la presencia de contaminantes como metales pesados, micotoxinas, moho, levaduras y pesticidas. Estos elementos, si bien se encuentran de forma natural hasta cierto punto, pueden provocar riesgos para la salud si se encuentran en cantidades excesivas en nuestros alimentos. A continuación se desglosa qué son, por qué se prueban y cómo regulamos sus niveles.

¿Qué son?

Metales pesados
Estos son elementos naturales con altos pesos y densidades atómicas. Mientras que algunos, como el cobre y el zinc, son necesarios para la salud humana en pequeñas cantidades, otros, como el arsénico, el cadmio, el plomo y el mercurio, pueden ser tóxicos.

Micotoxinas
Se trata de compuestos tóxicos producidos por hongos específicos que pueden contaminar los productos alimenticios. La exposición a micotoxinas puede provocar problemas de salud agudos o crónicos, incluidas enfermedades cardiovasculares, trastornos neurológicos y cáncer. Las fuentes comunes de micotoxinas incluyen cereales, maní y café.

Moho y levadura
Estos son tipos de hongos que pueden crecer en los alimentos, provocando deterioro y la producción de micotoxinas potencialmente dañinas. Si bien algunas cepas son inofensivas, otras pueden producir toxinas que provocan riesgos para la salud.

Pesticidas
Se trata de productos químicos utilizados en la agricultura para controlar plagas como insectos, hongos y malas hierbas. Sin embargo, los residuos de estos químicos pueden permanecer en los productos alimenticios, lo que plantea riesgos para la salud de los consumidores. Incluso los productos orgánicos pueden contener residuos de pesticidas debido a la exposición ambiental.

Niveles permisibles y regulaciones
Para garantizar la seguridad de los productos alimenticios, las agencias reguladoras establecen niveles permisibles de contaminantes. Estos niveles se establecen para minimizar los riesgos para la salud y proteger a los consumidores.

Metales pesados
Arsénico: si bien el arsénico está presente de forma natural en la corteza terrestre, niveles excesivos pueden ser perjudiciales. Las normas reglamentarias suelen establecer el nivel permisible de arsénico en los productos alimenticios en menos de 1 parte por millón (PPM).

Cadmio: El cadmio, que se encuentra comúnmente en baterías y procesos industriales, debe mantenerse por debajo de 0,1 partes por millón (PPM) en los productos alimenticios para garantizar la seguridad del consumidor.

Plomo: Para prevenir el envenenamiento por plomo y sus efectos adversos para la salud, el nivel permisible de plomo en los productos alimenticios generalmente se establece en menos de 1 parte por millón (PPM).

Mercurio: Dada su toxicidad, los niveles de mercurio en los productos alimenticios deben ser extremadamente bajos, a menudo regulados para que sean inferiores a 0,05 partes por millón (PPM).

Micotoxinas

Aflatoxinas: Las aflatoxinas, producidas por mohos, deben mantenerse por debajo de 4 partes por mil millones (PPB) para mitigar el riesgo de daño hepático y otros problemas de salud.

Ocratoxina A: Esta micotoxina, que se encuentra en varios alimentos, debe limitarse a menos de 2 partes por mil millones (PPB).

Fumonisinas: para prevenir efectos adversos para la salud, los niveles de fumonisinas en los productos alimenticios están regulados para que sean inferiores a 100 partes por mil millones (PPB).

Toxinas HT-2 y T-2: deben mantenerse por debajo de 30 partes por mil millones (PPB) y 5 partes por mil millones (PPB), respectivamente.

Vomitoxina (deoxinivalenol): para prevenir problemas gastrointestinales y otros problemas de salud, los niveles de vomitoxina deben ser inferiores a 50 partes por mil millones (PPB).

Zearalenona: esta micotoxina, asociada con desequilibrios hormonales, debe limitarse a menos de 30 partes por mil millones (PPB) en los productos alimenticios.

Moho y levadura

La presencia de levaduras y mohos debe limitarse a menos de 1000 unidades formadoras de colonias por gramo (UFC/G) para evitar el deterioro y la contaminación.

Pesticidas

Los residuos de pesticidas en productos alimenticios deben cumplir con estándares regulatorios estrictos, a menudo especificados por organizaciones como la Farmacopea de los Estados Unidos (USP por sus siglas en Inglés) y regulaciones orgánicas. Estos estándares garantizan que los productos estén libres de residuos de pesticidas y sean seguros para el consumo.

¿Por qué realizar pruebas de terceros?
Las pruebas realizadas por terceros son esenciales para verificar que los productos alimenticios cumplan con los estándares regulatorios y sean seguros para el consumo. Al subcontratar las pruebas a laboratorios independientes, las empresas garantizan resultados imparciales y precisos. Las pruebas de terceros añaden una capa adicional de responsabilidad y transparencia, dando a los consumidores confianza en la seguridad y calidad de los productos que compran.

A continuación se muestra una tabla comparativa que muestra los resultados de las pruebas más recientes de productos OG seleccionados.

La garantía original

En ORGANO estamos comprometidos a garantizar la seguridad y calidad de nuestros productos. A través de rigurosos protocolos de prueba, evaluamos meticulosamente los niveles de metales pesados, micotoxinas, mohos, levaduras y pesticidas en nuestras formulaciones. Al adherirnos a estrictos estándares y regulaciones, garantizamos que nuestros productos sean seguros para el consumo, brindando tranquilidad a los consumidores.